Orquideas del Amazonas


Las Orquídeas del Amazonas nacen a muchos metros de altura del suelo, estando vinculadas al reino de los ángeles.
La región del Amazonas es la selva tropical más grande y antigua de nuestro planeta. La vida surge en cada rincón: aves, insectos, plantas, flores, gigantescos árboles y animales que parecen salidos del paraíso.
Desde el aire, a vista de pájaro, la selva parece un gigantesco ramo de flores. Arriba de todo, en las ramas de los árboles, viven las orquídeas, que crecen hacia el sol y hacia las estrellas.
Las orquídeas cumplen la función de restablecer la unión entre el Cosmos y la Tierra, y de unir al hombre con los ángeles.
Para los indios de la cuenca del Amazonas el contacto natural y la comunicación con las diversas formas de energía de la naturaleza es algo cotidiano. En su cultura, los árboles, los animales y las piedras son considerados hermanos. Los hombres los entienden como parte de la naturaleza. Desde hace muchas generaciones utilizan piedras y plantas con fines curativos.
Las orquídeas pertenecen a las especies más jóvenes dentro de la evolución vegetal. Con un número de especies en todo el mundo comprendido entre 25.000 y 35.000, han desarrollado la máxima variedad expresiva. Llegan a imitar insectos, órganos y símbolos. Algunas adoptan la forma de ángeles.
Las orquídeas de Europa están ancladas con sus raíces a la tierra y unidas a ella. En el Amazonas, muchas orquídeas se han desarrollado de tal manera que no tienen sus raíces ligadas a la tierra, sino que disponen de raíces prensiles y se asientan en el piso superior de las copas de los árboles, a una altura comprendida entre 25 y 35 metros del suelo.
Estas orquídeas representan el contacto del hombre y la tierra con el cosmos. En su conjunto las esencias de orquídeas constituyen las energías máximas conocidas entre las esencias. Podemos considerarlas como el grado de desarrollo máximo de la evolución vegetal, así como el hombre ha alcanzado el más alto grado de especialización entre los mamíferos.
Las orquídeas del Amazonas vibran en el plano angélico, nos ponen en contacto con los distintos planos del amor cósmico de los ángeles y nos permiten transmitir esta experiencia del amor a la tierra, con lo cual nos ayudan a curarnos a nosotros mismos y a sanar al planeta.

Bibliografía
Korte, Andreas, Elixires de Orquídeas y piedras preciosas, ed. Edaf, Madrid, 1993

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