La lección del fuego

Un hombre que regularmente prestaba servicios en un determinado grupo, sin ningún aviso dejó de participar de sus actividades.
Después de algunas semanas el líder de aquél grupo decidió visitarlo.
Era una noche muy fría.
El líder encontró al hombre en casa, solo, sentado delante del hogar donde ardía un fuego brillante y acogedor.
Adivinando la razón de la visita el hombre dio la bienvenida al líder, lo condujo a una silla grande cerca del hogar y quedó quieto, esperando.
En el silencio serio que se formara apenas contemplaban la danza de las llamas en torno de los troncos de lenha que ardían.
Al cabo de algunos minutos, el líder examinó las brasas que se formaron y, cuidadosamente, seleccionó una de ellas, la más incandescente de todas, empujándola para un lado.
Volvió entonces a sentarse permaneciendo silencioso e inmóvil. El anfitrión prestaba atención a todo, fascinado y quieto.
Al ratito la llama de la brasa solitaria disminuyó, hasta que hubo un brillo momentáneo y su fuego se apagó de una vez.
En poco tiempo, lo que antes era una fiesta de calor y luz, ahora no pasaba de un negro, frío y muerto pedazo de carbón recubierto de una espesa capa de ceniza grisácea.
Ninguna palabra había sido dicha desde el protocolar saludo inicial entre los dos amigos.
El líder, antes de prepararse para salir, manipuló nuevamente el carbón frío e inútil colocándolo de vuelta en el medio del fuego.
Casi inmediatamente se volvió a encender alimentado por la luz y calor de los carbones ardientes en torno de el.
Cuando el líder alcanzó la puerta para partir, su anfitrión dijo:
-Gracias. Por su visita y por el bellísimo sermón. Estoy volviendo a la convivencia del grupo. Dios le bendiga!

1 comentarios:

ratodd dijo...

Me llego por internet el mail que lo han llamado la LECCION DEL FUEGO, lo cual me preocupa, pues es un discurso que escribe y que desconozco cual ha sido el conducto de que este en su poder, ha sido modificado un poco, pero en esencia es lo mismo, Las diapositivas son bellísimas,al igual que la música, yo no lo hubiese hecho mejor, pero me gustaría saber como es que llegó a su poder.

Les envió el escrito original.
Hoy quiero recordar una enseñanza que la he llamado LA LECCIÓN DEL FUEGO.

Una Querida Hermana de mi Logia, cuyo nombre no voy a pronunciar, pero sabrán a quién me refiero, Sin ningún aviso, y quizá sin motivo aparente, dejó de asistir a los trabajos de la Logia, y más aún de cumplir con sus obligaciones masónicas; aunque siempre se había distinguido por ser la primera en llegar, las mas entusiasta y comprometida con su trabajo masónico.

Después de algunas semanas, de ausencia ;la Querida Hospitalaria, informó que en muchas ocasiones había tratado de comunicarse con ella sin tener respuesta alguna; la Venerable Maestra decidió visitarle: Esa noche precisamente se sentía mucho, pero mucho frío, la Querida Hermana se encontraba sola, sentada delante de la chimenea donde ardía un fuego brillante y acogedor.

Adivinando la razón de la visita, la Querida Hermana faltista dio la bienvenida a la Venerable Maestra, la condujo a un sillón cerca de la chimenea aguardando en silencio.

La Venerable Maestra tomó asiento confortablemente en el lugar indicado, sin decir palabra alguna y en absoluto silencio, apenas interrumpido por el chispear del fuego contemplaba la danza de las llamas en torno de los troncos de leña que ardían. Después de algunos minutos, la Venerable Maestra se levanto, se acerco a la chimenea, tomo una tenaza, examino las brasas, luego cuidadosamente, selecciono una de ellas, la mas candente y la empujo hacia un lado. Nuevamente tomo asiento, tan inmóvil y callada como antes. Mientras que la Qerida Hermana prestaba atención a todo, fascinada pero también en silencio.

A los pocos minutos la llama de la brasa solitaria disminuía, de pronto tuvo un brillo momentáneo y pronto se apago. En poco tiempo lo que antes era una fiesta de calor luz y color, ahora se convertía en un negro, frío cenizo tizón, recubierto de una espesa capa de polvo.

El tiempo pasaba, ningún sonido aparte del protocolar intercambio de saludos.

La Venerable Maestra Antes de prepararse para salir, manipulo nuevamente el carbón frío e inútil, colocándolo nuevamente en medio del fuego, casi inmediatamente el carbón se convirtió en brasa, volviendo a encenderse alimentado por la luz y el calor de los ardientes carbones en torno a él.

Hasta que La Venerable Maestra llegó a la puerta para partir...
Raquel Todd on 28 Oct, 2007

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