Introducción a la Meditación

Esta enseñanza fue impartida por Lama Shedrup durante el año de 2001, en el Instituto Loseling de México. El presente texto son las notas editadas de un estudiante.

¿Qué es la meditación?
Meditar consiste en que la mente se familiarice con el objeto de la meditación. Es un proceso de aprendizaje. No sólo es cerrar los ojos y olvidar todo. Cuando se realiza de esta forma hay un beneficio temporal, por el relajamiento del cuerpo. Pero cuando se regresa a la vida ordinaria, ya no funciona. No se carga el cuerpo de energía positiva.
Meditar implica estar alerta, con una completa conciencia y atención. Es un proceso de aprendizaje, debemos ser sinceros con nosotros mismos para aprender de nosotros.

¿Para qué sirve la meditación?
Con la meditación te estás cargando de energía para tratar con la gente. Es como cargar una batería. Te preparas para tratar con el mundo. Si vas bien preparado al mundo, sabes mejor cómo manejarlo.
Es como tener una junta y pensar en todo de antemano: ¿Qué voy a decir? ¿Quién va a ser mi público? ¿Qué me van a preguntar? Sucede lo mismo con nuestra vida diaria a nivel espiritual.
La meditación nos permite ver nuestras diferentes actitudes de apego, rechazo e indiferencia ante distintas personas. Nos permite familiarizarnos con estas situaciones y pensar en la mejor manera de hacerles frente. Al saber cómo afrontar tales situaciones, la mente se relaja y se elimina la ansiedad y el nerviosismo.

Tipos de meditación
Hay muchas técnicas de meditación dependiendo del propósito, pero se dividen en dos categorías:
• Shamatha: Para la atención, relajamiento y estabilidad de la mente.
• Vipassana: Meditación analítica.
Al principio se empieza con la meditación shamatha, después se continúa con la vipassana. Los practicantes avanzados deben combinarlas al mismo tiempo.

Objetos de meditación
Se usan diferentes tipos de objetos para meditar:
• La respiración
• “Deidades” (figuras búdicas)
• Mantras
• Oraciones devocionales

¿Por qué necesitamos los objetos de meditación?
Se dice que meditar es como domar un elefante salvaje, ya que éste –al igual que la mente– está en constante movimiento. No lo podemos controlar. No tenemos forma de contenerlo. Basta cerrar los ojos un instante para captar a los pensamientos y las emociones que van y vienen como si tuvieran vida propia. Están en un estado salvaje. Estamos aquí para adiestrarlos.
Así, en el caso del elefante salvaje, decimos que necesitamos un poste, una cadena muy fuerte y un domador con una vara para guiarlo. Si no, huye. Para adiestrar nuestra mente el poste será el objeto de meditación, la cadena será la atención (la mente alerta), y el domador será nuestra sabiduría, encargada de traer de vuelta a la mente cuando se quiera ir.
Este es el método para hacer que haga lo que nosotros queremos.

La preparación
La preparación es muy importante.
1. Motivación. Debemos meditar sin ninguna presión. Debemos conocer los beneficios, pues esto genera confianza en la práctica.
2. Calidad. Lo importante no es la cantidad de tiempo que le dediquemos, sino la calidad. Es como dormir, que a veces descansamos con tan solo una siesta de 20 minutos, y a veces amanecemos cansados después de dormir toda noche. Es mejor hacerlo durante poco tiempo, pero como lo dicen las escrituras. La calidad de nuestra meditación se basa en nuestra motivación. Así no nos cuesta tanto trabajo. Pueden ser cinco o diez minutos, pero que sean efectivos.
3. Compromiso y continuidad. Es mejor que sean cinco minutos diarios, en lugar de un largo tiempo de vez en cuando.
4. Lugar. Escoger un cuarto limpio y tranquilo. Se puede colocar un altar con velas, incienso, flores, fotos o pinturas de maestros espirituales. Esto predispone a la mente de una forma positiva. Te motiva a meditar más, y te concentra, al estar ante esta presencia Si no se cuenta con una habitación exclusiva para este fin, se puede apartar un rincón pequeño de algún otro cuarto.
5. Postura. La postura debe ser alerta, de determinación. El cuerpo humano tiene canales de energía sutil que lo recorren; por eso en las prácticas tántricas se utilizan ejercicios de yoga, pues éstos permiten que la energía fluya de mejor manera. En consecuencia, es muy importante mantener la espalda recta para permitir que la energía fluya libremente por el canal central. La mano derecha con la palma hacia arriba va sobre la palma izquierda, también viendo hacia arriba, con los pulgares tocándose ligeramente. La mirada, como si se estuviera viendo la punta de la nariz. Con los ojos abiertos, pero si hay algo que llame tu atención, puedes cerrar y volver a abrirlos ligeramente.
Al principio no es recomendable meditar por mucho tiempo, de cinco a diez minutos bastan. Después te relajas durante dos minutos y luego, si lo deseas, puedes iniciar otra sesión de cinco a diez minutos. Con lo anterior evitarás el cansancio y el adormecimiento del cuerpo.
Meditar con frecuencia es muy importante. Se puede mantener una meditación analítica durante las veinticuatro horas del día junto con las actividades diarias. La meditación le da a tu mente información fresca. Por ejemplo, cuando uno acude a una enseñanza se siente muy entusiasmado, pero al día siguiente uno ya no siente tanta energía y comienza a olvidar. Se pierde esta energía que nos dio la enseñanza. Sin embargo, es posible evitar la pérdida si se medita frecuentemente.
Se puede practicar a cualquier hora del día en que se cuente con unos instantes para relajarse. Se recomienda en las mañana porque la mente se encuentra fresca. También se recomienda antes de dormir por las noches.

Meditación
La meditación se realiza de la siguiente forma:
Después de tomar la postura de meditación, comienza a relajarte con unas cuantas respiraciones largas y profundas. Luego respira normalmente concentrándote en la forma en que entra y sale el aire por las fosas nasales; si prefieres, concéntrate en el movimiento hacia arriba y hacia abajo del abdomen mientras respiras. Si surgen pensamientos o sentimientos, sólo obsérvalos. Ve cómo son transitorios y, si les das un poco de tiempo sin prestarles atención, se desvanecen por sí solos. Al principio puede parecer que al meditar tenemos más de estos pensamientos y sentimientos sin control; pero no es así, en realidad es la primera vez que les ponemos atención, es nuestro estado normal. Con la meditación los irás calmando poco a poco, como el agua agitada de un estanque que con el tiempo se calma.

Beneficios
La respiración está muy ligada a los pensamientos y sentimientos. Cuando uno esta ansioso o nervioso, por no decir enojado, nuestra respiración también se encuentra perturbada. La energía negativa que estamos generando se manifiesta a través de nuestra respiración.
Podemos trabajar en sentido inverso, esto es, si controlamos nuestra respiración, controlaremos nuestros pensamientos y emociones. Esta clase de meditación ha sido introducida en diversas clínicas de Estados Unidos para el control del estrés. Se dice que así evitamos segregar cierto tipo de hormonas que nos perturban.
Cuando nos angustiamos mucho de nuestros problemas estamos pensando demasiado. Esto no nos permite concentrarnos en otra cosa.
También nos ayuda con el insomnio, el cual a veces se presenta por condiciones físicas como el calor, la incomodidad, etc., pero otra causa común es la ansiedad que implica nuestro estilo de vida. Solemos llevar nuestros problemas a dormir con nosotros, y perdemos el sueño. Se recomienda meditar acostado e ir relajando la respiración hasta quedarse dormido. Otra recomendación es no tener televisión en la recámara.

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