Cómo abrir nuestra mente

Cada uno de vosotros ha llegado en su aprendizaje de Dios enla forma limitada de la materia, hasta donde su capacidad selo ha permitido. A lo largo de tus muchas vidas sobre esteplano, has experimentado todos los elementos de esteparaíso creado por tu propia y extraordinaria creatividad.Y a través de esa experiencia has aprendido todo lo que haypor saber de los valores del pensamiento limitado delDios-hombre viviendo en la realidad de rebaño de laconciencia social. Ya has aprendido lo que es el miedo y lainseguridad, la tristeza, la furia, la avaricia. Hasaprendido todo sobre los celos, el odio y la guerra. Ya has aprendido acerca de la muerte. Ya has aprendido, en verdad,sobre tu alejamiento de la Fuente Divina que te ha amado yapoyado a lo largo de todas tus aventuras para que ahorapuedas experimentar a Dios en el último nivel de suespectacular exhibición del Ser. Para poder volver a un estado ilimitado, para experimentarla alegría y la libertad de ser, debes convertirte una vezmás en aquello que te mantiene unido. Y la única manera delograrlo —ya que tu cuerpo es más bien un obstáculo—es activar totalmente el séptimo sello o glándulapituitaria, para tu cerebro pueda recibir los pensamientosilimitados que existen más allá de la conciencia social.
Así es como extiendes tu saber interior hasta elentendimiento ilimitado de Dios, ese Dios que te deja ser,que te ama y es la totalidad de sí mismo y de todo elpensamiento. Entonces, ¿cómo consigues que esta maravillosa y pequeñaglándula despierte las partes dormidas de tu cerebro através de su flujo de hormonas? Simplemente con el deseo.
Convertirse en Cristo es desear conocer al Padre yconvertirse en la imagen y semejanza de Dios. Es el deseode permitir que todo pensamiento se convierta en larealidad del Yo, el deseo de amar en cada momento todoaquello en lo que te has convertido, el deseo de ser el Serde todo lo que eres. ¿Por qué es importante amar la totalidad de todo lo queeres? Porque cuando lo haces, inmediatamente trasciendes laconciencia social y te elevas por encima de la aceptación.Trasciendes el juicio. Vas más allá de la ilusión deltiempo. Entonces, vives sólo para la realización del Yo.
Escuchas solamente a la voz interior. Sigues únicamente lasenda de la alegría; y es en ese sendero donde yace elconocimiento de todo lo que es. Cada momento que vives por el amor de este Dios dentro deti, cada ilusión que abrazas y dejas pasar, cada cosa quehaces para encontrar tu alegría y tu luz, emana desde tuser hasta el flujo de conciencia para alimentar a latotalidad de la humanidad. Cuando vives íntegramente porel amor del Yo —que es el amor de Dios— haces que Diosbrille en medio de la densidad de la conciencia social.Entonces iluminas el camino de tus amados hermanos en supropio sendero de regreso al Yo, y ese es el único senderoque los llevará de vuelta a casa hasta su amado Padre. Cuando te amas a ti mismo lo suficientemente como parasentirte merecedor de recibir todo lo que Dios es, y deseassaber que eres uno con el Padre, entonces es cuando empiezaa florecer esta maravillosa flor. Así es como abres lacapacidad de tu cerebro para recibir todos los valores depensamiento de la mente de Dios: queriendo saber; deseandosentir toda la emoción de ese conocimiento.
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