Namasté (Continuación)

" yo saludo a la luz de Dios que está en ti.
De hecho, significa que la luz de Dios en mí saluda a la luz de Dios en ti.
Pero tú sabes que no hay ninguna diferencia entre la luz de Dios que está en mí y a la luz de Dios que está en ti.
Y ya que los saludos sólo se realizan entre dos entidades separadas, para nosotros sería mejor no hablar en absoluto de saludos, sino decir que la luz de Dios en nosotros celebra su presencia eternamente en nuestros corazones."

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