Merecer




Cuando el miedo a no merecer se sustituye por la certeza del fluir del amor que ya está sucediendo, el agradecimiento se transforma en algo tan inmenso que la necesidad de integración y conexión permanente también crece.
Así, con el reconocimiento, el Espíritu te provee sin descanso cuanto más tú agradeces y más sabes que necesitas justo lo que sea que estés recibiendo en ese momento.
Las antiguas sensaciones de miedo, de abandono y de carencia son sustituidas por la alegría del encuentro y por la abundancia infinita que supone entregarse en las manos de la divinidad y ofrecerse a su servicio totalmente.

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