Ocio



21/10/2012
Ocio
Diccionario emocional: Es dedicar el tiempo al desarrollo de uno mismo, que hoy se divide entre la televisión, las conversaciones, los deportes y las salidas

  
Por Eduardo Chaktoura Domingo 21 de octubre de 2012 | Publicado en edición impresa
Somos muchos los terapeutas que recomendamos a ciertos pacientes que intenten llevar registro de sus actividades diarias. ¿Lo pensaste alguna vez? También aconsejamos que apunten palabras sueltas o frases que reflejen sensaciones y pensamientos. ¿Qué emociones suelen jugarse en tu día a día? ¿Hay sentimientos recurrentes: cansancio, ansiedad, intolerancia?
No creo que sea demasiado original, pero yo la llamo agenda emocional, y a muchos les ha cambiado la mirada de cómo transitar por la vida y los ha ayudado a regularizar su salud física y emocional.
Hacemos tan mal uso de la temporalidad que no es difícil entender cuál sería una de las causas principales de los cuadros clásicos de ansiedad, estrés e, incluso, depresión. Si pensamos en el significado de la palabra ocio coincidiremos en que, por mandato, la hemos confundido con vagancia.
El trabajo sería el tiempo que dedicamos a generar dinero para la supervivencia y la comodidad. El tiempo destinado al mantenimiento son las horas que destinamos a conservar el cuerpo (comer, asearse, vestirse, etcétera), a movilizarnos (conducir, usar transportes públicos) y a realizar las tareas domésticas (cocinar, comprar, limpiar).
De hecho, tal como señala Csikszentmihalyi: 'Trabajamos duro sólo para conservar el cuerpo y sus posesiones'. Durante el tiempo libre o de ocio nos entregamos a lo que los griegos llamaban dedicar el tiempo al desarrollo de uno mismo: el aprendizaje, las artes y la actividad política. Hoy, tal como señala el autor, aquella visión erudita se traduce en tres principales actividades: 'El consumo de medios de comunicación, principalmente de la televisión, con unas gotas de lecturas de diarios y revistas; la conversación y una tercera instancia de utilización más activa del tiempo libre y, por ello, la más cercana al viejo ideal, destinada a las aficiones: tocar música, practicar deportes y hacer ejercicios físicos, ir a restaurantes y ver películas'.
Más allá de la agenda (que recomiendo), otra forma de mirar el uso del tiempo sería dividir la torta en tres: limón (trabajo), vainilla (mantenimiento) y chocolate (ocio).
¿Qué porcentaje de cada sabor tiene nuestro pastel? ¿Solemos cocinar o comprar bizcochuelos en el súper? ¿Cuán obsesionados estamos con sacar la torta del horno antes de tiempo? ¿Con cuánta velocidad devoramos? ¿Alguna vez percibimos la esponjosidad, la temperatura, el aroma y el color de la torta?.
Imagen para VPC: Marc van der Aa

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