El positivismo y el optimismo deben venir dentro de tí



En la vida hay algunas tristezas. Y también alegrías. Las tristezas te muestran quién eres y cuáles son las cosas realmente importantes. Las alegrías te muestran cuán increíblemente maravilloso puede llegar a ser todo eso. Las tristezas te ayudan a comprender cuán buenas han sido las cosas. Las alegrías te ofrecen una visión maravillosa de un solo golpe de vista y te estimulan, mostrándote cuánto mejor podría llegar a ser. Si no existiese la posibilidad de sentir tristeza no habría manera de vivenciar alegrías. Así, tanto tristezas como alegrías contribuyen a esa riqueza integral que ofrece la vida. A través de la tristeza te fortaleces y en la alegría aprovechas esa fortaleza positivamente.
En medio de la tristeza aprendes lecciones profundamente dolorosas, y en las alegrías construyes cosas buenas a partir de lo que has aprendido. Las tristezas llegarán, y también vendrán las alegrías. Cada una de ellas tiene su lugar a la hora de llenar la vida de riqueza y de sentido.
Aunque el mundo a tu alrededor se presente difícil y complicado, debes entender que ser optimista no depende de circunstancias externas, sino de una actitud positiva frente a las dificultades.
Busca siempre el lado positivo y la enseñanza valiosa detrás de cada evento difícil. Superarás el pesimismo y sus terribles efectos.
El positivismo y el optimismo deben venir desde dentro de ti,
precisamente para poder superar los conflictos exteriores. Piénsalo, vale la pena.
Has que este día sea el mejor.

No dejes que termine sin haber alimentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho de expresarte, que es casi un deber. No abandones tus ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.

No dejes de creer que las palabras y la poesía sí pueden cambiar el mundo. Porque pase lo que pase, nuestra esencia está intacta. Somos seres humanos llenos de posibilidades.
La vida es desierto y oasis, nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia. No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre. No caigas en el peor de los errores, el silencio
La mayoría vive en un silencio espantoso. No te resignes. Huye!!

Emite tu alarido sano por los techos de este mundo.
Valora la belleza de las cosas simples, y también la simpleza de la belleza.
No traiciones tus creencias, todos necesitamos aceptación, pero no podemos remar en contra de nosotros mismos, eso transforma la vida en un infierno. Disfruta el pánico que provoca tener la vida por delante. Vívela intensamente sin mediocridades.

Piensa que en ti está el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes pueden enseñarte. No existe nadie tan sabio que no pueda aprender algo nuevo, como tampoco hombre tan pobre que no tenga algo por enseñar.

¡¡Aprende!! pero sobre todo aprende a vivir.
¡¡Enseña!! No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas.

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